Esta mania de atormentar...
Toreros ilustres y toros bravos. Inglaterra y Portugal se marcaron una faena digna para enmarcar. El público sacó los pañuelos blancos en más de dos horas de emoción incontenible y pidió las dos orejas y el rabo, que finalmente fue para los anfitriones. Los ingleses recibieron al toro a porta gayola, pero luego se achicaron ante la furia portuguesa. Al final, larga faena, con muletazos que pusieron en pie al público, con Scolari dando la vuelta al ruedo y Ricardo, que era el sobrero de la tarde, saliendo a hombros por la puerta grande. ¡Ole y ole!